Con mi esposa hicimos una maratón de \”Friends\” durante los últimos 3 meses. Estamos en el final de la novena temporada, la cual es en mi opinión la peor de las que hemos visto hasta ahora.
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Generalmente lo que hacemos es ver dos o tres capítulos seguidos, y luego cuando ya nos aburren los gritos SitComsenses, agarramos el control remoto y le ponemos pausa a Netflix y nos vamos a dormir. Esto, con la certeza de que la próxima vez que abramos la aplicación podremos seguir en el mismo lugar en donde detuvimos la reproducción.
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Así es como veo las grandes ideas. En algunos momentos es necesario ponerlas en pausa y alejarse de la cotidianidad de cosas buenas o malas que podemos notar en ellas. Este momento de retiro, de ausencia de la idea, nos deja respirar otras cosas y hasta conectar puntos en el fondo de nuestro inconsciente que de otra forma permanecerían aparte.
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Hace poco, junto con un grupo de buenos amigos, decidí iniciar PlazaVerde. Un modelo de producción agrícola por demanda que permitía reducir los costos logísticos reduciendo los eslabones en la cadena comercial de los alimentos. Es decir, conectando productores con consumidores directamente. ¿La forma? Producción por demanda con seguimiento remoto.
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La idea sigue sonandome en la cabeza, pero he tenido que ponerla en \”pause\”. Por un lado por que los integrantes del equipo tomaron otros caminos, y por otro porque ya no tenía equipo para ejecutar la idea, y un tercero porque ahora que lo veo en perspectiva es tal vez necesario que el mercado y las personas construyan más conciencia sobre las implicaciones que tiene comprar alimentos sin responsabilidad. Sin revisar sus orígenes, sin observar sus componentes o la forma en que fueron producidos. Sin considerar si los productores fueron bien pagados o sí aseguran que los alimentos no contienen químicos nocivos para la salud.
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Estoy seguro que volveré a sentarme en mi escritorio, agarraré el control remoto de PlazaVerde y le pondré play. Tal vez no sea yo quien lo ejecute, y eso qué más da. Lo importante es que se haga realidad. El últimas, las buenas ideas nunca mueren, solo están en pausa.