Llevo 6 capítulos del libro y aprendo con asombro la forma en la que la Autora, Margaret Atwood, logra concebir una imagen clara del universo en el que se desenvuelve la historia sin recurrir a descripciones tediosas o ultra detalladas. Una forma interesante de mantener un equilibrio entre la historia y el contexto.
Las descripciones de personas y lugares, sus atributos con referencia a animales o experiencias pasadas, hace cercana y accesible la construcción de imágenes mentales fáciles de sostener durante el tiempo de lectura.
Logra introducir nuevos conceptos con facilidad. Una forma que me hace recordar un poco a los cuentos de Vargas Llosa. El texto está escrito con una familiaridad, tal vez sea por el narrador en primera persona, que permite comprender con una sola pasada.